Izuku suspira profundamente con sus ojos cerrados mientras aprieta su puño izquierdo cubierto por su mano derecha, justo frente a su rostro. Su muñeca duele por la reciente herida curada y la nueva cicatriz adquirida, sus músculos y carne se quejan pero aprendió a guardar el dolor detrás de un rostro dominadamente en blanco. La ventisca fresca que pasa por los edificios altos como en el que está parado, de tan sólo tres pisos por lo que tampoco cree que sea para tanto ya que ha estado aún más alto, mueven su camiseta y pantalones viejos (además de un par de tallas más grandes) y ondean su largo sacó verde, que arremanga un par de veces en sus mangas por lo grande que le queda, como una capa de vagabundo más que otra cosa porque sus ropas son muy cercanas a ser las de un viejo que se quedó atrapado en la moda de un par de épocas atrás. Sus dedos y sus manos dañadas tiemblan por el doloroso viento que las azota, pero se mantiene en su sitio. Abre sus ojos y deja caer sus manos lentamente a sus costados, nadie había dicho que sus sueños serían fáciles, no siendo quirkless por lo menos. Sus ojos observan humo a un par de cuadras por delante y tiene que parpadear nuevamente por el viento fuerte secando sus ojos. Aprieta sus dos manos en puños a ambos lados de su cadera y suspira por la boca antes de apretarla en una línea blanca y recta. Nadie había dicho que ser un vigilante fuera fácil. En el siguiente parpadeo sus ojos cambiaron y su mano derecha subió roboticamente hacia su rostro en un momento, su palma volteada hacia el suelo se detuvo frente a sus labios y los separó antes de separar sus dientes y morder la carne en un santiamente, la sangre salpico en su boca y el cielo gruño furioso como un león antes de arrojarle un rayo justo donde estaba parado, como si hubiera ofendido personalmente a un Dios de allí arriba. El momento paso en un instante y el humo lo cubrió al siguiente, podría tomarse un momento en algo tan catastrófico como una muerte tan precipitada y sin explicación aparente de la naturaleza, pero un cuerpo gigantesco y completamente expuesto de cualquier prenda que pudiera cubrirlo, fue parido por el humo y expulsado en un instante. El gran cuerpo rugio elevándose en toda su altura expuesta al mundo que lo rodea y partio en otra dirección como si su vida dependiera de ello. Los noticieros del medio dia volvieron a cantar animadamente la aparición del conocido vigilante apodado "titan", que detuvo a un ladrón con un Quirk que podía crecer su cuerpo. Un par de héroes nuevamente frustrados y unos cuantos detectives presas del estrés. Y un muchacho mezclándose con la multitud tratando de pensar que podrá almorzar con el poco dinero que tiene. ___________ Izuku consigue un sándwich simple en una tienda de convivencia que está abierta las veinticuatro horas, y se pierde en algún sitio tratando de comer su, muy probable, única comida del día en paz.
____________
Créditos de la imagen a su respectivo autor, un capo.
Parte 6
No tengo por qué molestarle, si, no tiene por que relacionarse conmigo si así no lo quiere.
En camino a la estación me detuve, al escuchar cierta voz.
- Ya deberías de aprender a no meterte donde no te llaman, niño insolente.
Volví mis pasos hasta llegar a la única calle,a la cual no le llegaba la luz de las farolas.
Lo que vi, me provocó una fea opresión en el pecho.
Un grupo de chicos de secundaria, junto con tres hombres adultos estaban golpeando a otro chico, que parecía estar haciendo frente a los agresores por otro chico detrás de él.
El verdadero problema era que... el que estaba de escudo..era Reigen.
72%
Reigen..
73%
Reigen no tiene que estar.. en esa situación..
79%
Emprendí camino acelerado hacia mi, ahora, alumno, y me posicione frente a él, dándole la espalda y encarando a sus agresores.
- ¿Y tu que? ¿¡Acaso vienes a interferir inútil!?
87%
Eleve unos centímetros mi pierna, derecha, del suelo, y la baje estampando con fuerza.
Ello provocó que el suelo se sacudiera, y la parte donde estaba parado se hundiera partiendo el pavimento.
Ante las miradas y rostros bañados en miedo, confusión y asombro, levante ligeramente mi mano derecha provocando el levitar de algunos escombros del edificio detrás de mí, que se sacudió por el leve temblor que provocó mi pierna.
98%
- ¡No toquen a mi alumno!
Hice levitar a los adultos, junto con los adolescentes que estaban con ellos, y los hice retroceder hasta unos tachos de basura.
99%
Luego los manda hacia el cielo, extendiendo mi mano.
Como se atrevieron...
100%
A tocar a Reigen.
Enojo
Definitivamente, no fue un buen día.
*-+-*-+-*-+-*-+-*-+-*
Abrió sus ojos y suspiro, observando al niño dormido, a uno de sus lados.
Y era que si, había vuelto a suceder.
Después de mucho tiempo.
Observó un poco más al menor y apartó la vista hacia otro lado del cuarto, suspirando.
Dolía, claramente lo hacía.
Lo había pedido en muchas ocasiones, a lo largo de todas sus vidas.
El que "le permitieran verlo de nuevo".
Prometió que nada le sucedería, si lo dejaban verlo, una vez más.
Se estaba por volver loco, siquiera tenía algo, más que sus recuerdos, para tenerlo presente en su mente.
Era doloroso.
Volteo nuevamente, y observó el rostro del más joven, lleno de gasas y parches, por las heridas y hematomas.
Todo por su culpa.
El otro muchacho no tenía ninguna herida, sólo simples raspones.
Parecía que Reigen, había recibido la completa paliza, por los dos.
Se había desmayado en algún momento, después de que él había aparecido en escena, y el otro chico le había agradecido y escapada en cuanto todo había terminado.
Reigen era un chico verdaderamente valiente, y valioso.
Tal como antes lo era. Pero nadie lo notaba.
Si tan solo hubiera salido antes de su trabajo.
Ellos no tendrían porque haber vivido aquello.
Se puso de pie, y tomó, cuidadosamente, entre sus brazos, al de cabellera anaranjada, del sofá, encaminado hacia su cuarto, ya que lo había llevado a su casa, al no saber donde vivía el menor, y lo recostó en su cama.
Le quitó la chaqueta de la escuela, y lo arropo entre las sábanas.
Luego de ello, la dejó en los pies de la cama, y salió nuevamente de la habitación.
Se dirigió hacia la cocina, para tomar su cajetilla de cigarrillos, y salir por el balcón, cerrando la ventana.
Tomo uno de los palillos repleto de nicotina, lo encendió, aspiró, lo retuvo y lo exhalo.
Luego se recargo en el barandal.
Solo esperaba que los padres del chico no se alterarán mucho.
+[*-*]+
85%
Sentía su contador aumentar rápidamente.
Shisho estaba frente a él.
Acababa de gritarle, que si quería huir podía hacerlo, que no estaba obligado a pelear.
Había sentido alivio.
Pero...
Luego Shisho había sido cortado por esa espada.
Y había caído al suelo.
Lo había visto en cámara lenta.
El cómo poco a poco sus ojos perdían brillo.
Lágrimas comenzaron a caer, agrias y gruesas, por mi rostro.
- ¿¡S-Shisho!?
98%
Mi vista comenzó a nublarse rápidamente.
Me sentía asustado, el pecho apretado.
No podía respirar.
- ¡Shisho! ¡Por favor, despierte! Me había tirado al suelo, a rogarle a Reigen que se levantara.
Mientras veía el charco de sangre agrandarse bajo su cuerpo.
100%
Me sentía ahogado.
- ¡GHAAA!
Agonía
+-+-+
Lágrimas habían comenzado a caer, nublando mi vista y el resto de mis sentidos.
Me sentía asustado, aterrado.
Apretaba mis manos contra mi cabeza, tratando de borrar la imagen que estaba pegada a mis ojos, con sentimientos de no querer abandonarme.
Hasta que sentí como unos brazos me rodeaban, y un cuerpo me sujetaba contra sí mismo, compartiendo su calor corporal.
- Hey... Mob...
- Esta bien Shigeo, todo está bien. - Abrí mis ojos aún más, sorprendido, pero solo distinguí, un cabello anaranjado, más arriba de mi cabeza. - Fue solo una pesadilla.
Mis lagrimas aumentaron, y me aferre a ese abrazo.
Recibiendo caricias amables, de parte de esas cálidas manos.
- Fue solo una pesadilla.
- + - + -
- Lo siento... Reigen.
Me encontraba en mi sala, de rodillas en el suelo, frente a quien le tengo un gran aprecio, desde hace demasiado tiempo, y quien también, es mi actual alumno.
- No importa, Shisho.
- Siento mucho que hayas tenido que... - Fruncí mi ceño en desagrado, mirando hacia otro lado. - Vivir esa situación. ¿Seguro que estás bien?
- Le repito Shisho, - Lo sentí agacharse, acerca de mí, lo cual me obligo a voltear mis ojos hacia él. Se encontraba de rodillas frente a mi. - no ha sido problema para mi, estoy bien.
Sonrío hacia mi, mientras estiraba su brazo derecho y revolvía mi cabello.
Esboce una pequeña sonrisa.
Este es Shisho.
Pensé.
_-_-_
Desde el momento, en que nací, pareciera que, tenía un arma cargada.
Y luego, con ella, hice un agujero, en todo lo que amo.
En Ritsu.
En Ekubo.
En Hanazawa.
E incluso, a muchas personas más, que no conozco.
Quisiera preguntar, inocentemente, ¿Por Qué recuerdo todo esto ahora?
Pero estaría mintiendo.
Ya que nunca, e dejado de pensar en las cosas atroces, que e cometido, en todas mis vidas.
Ya que, estoy obligado a hacerlo.
-*-+-*-
Hice el almuerzo para Reigen, con los ingredientes, que tenía en la cocina, y que había comprado, hacía algunos días.
Le prepare Teriyaki, con algo de pollo, tomate, y huevo, mientras, me ocupaba de acomodar, algunas cosas en mi oficina.
Luego de ello, fui a mi habitación, a tender mi cama, la cual apenas estaba desacomodada, por ello apenas sonreí, me di una ducha, y me coloque otro traje, poniendo a lavar el anterior.
Volví a la sala, y me encontré con que Reigen no estaba, fui extrañado hacia la cocina, y me lo encontré lavando los trastes, que había estado utilizando.
- Reigen, no tendrías que haberte molestado.
Me le acerque, arremangado las mangas de mi traje.
- A, no importa, yo los use después de todo.
- No, te ayudaré secando.
Él, simplemente, me sonrió amablemente.
*&#&*
Acompañe a Reigen a la escuela, llamando en el camino, a sus padres, para hacerles saber, que su hijo estaba bien. Se habían asustado, en cuanto habían recibido la llamada, de un número desconocido, hablando de su hijo. Pero, en cuanto les explique la situación, se tranquilizaron, un poco al menos, pues parecía que el menor, no les había mencionado nada, del reciente trabajo adquirido. - Nos vemos Reigen, me iré a trabajar. Hice un ademán, con mi mano derecha, dispuesto a irme, pero mi, ahora, alumno me retuvo. - No tiene la culpa de nada Shisho, lo hizo para protegerme - Pareciera, que me conoce de pies a cabeza. - ¡Y se vio, verdaderamente, genial! Los ojos, de mi pupilo, parecían brillar con lo último que dijo, por lo cual, me avergüenzo. Y como no alcancé a decir nada, se fue, despidiéndose, al ser llamado por, un amigo, quizá. Por ello, retome mi camino hacia la agencia, debía volver a trabajar. '^&*$*&^' - Ne, Shigeo - Una voz se burlaba de mi. - No eres fácil de encontrar. Observé por sobre mi cabeza, de forma lenta, a quien me había hablado. No había sido buena idea. Pronto, todo a mi alrededor fue cayéndose a pedazos, sin poder detectar a quien se había acercado a mi. Y desperté. ¥₩%~% ₩¥ Mantenerme tranquilo, se volvió cómodamente más fácil en cuanto se sumaba la cálida presencia del adolescente. El trabajo pareció gustarle muy pronto.
Sus ojos
La reunión convocaba a todos los aliados de Vongola, entre los cuales obviamente incluía a los guardianes de la décima generación y a su adorado jefe.
Allí también se encontraba Varía, Shimon y el grupo de ex Arcobalenos.
El castaño con apariencia de adolescente, pero con más de veinte años, se encontraba algo adormilado gracias a sus guardianes.
Quizás más que de costumbre en esa ocasión.
Pero allí estaba, presentable y sonriendo feliz a sus guardianes e invitados.
Porque debía comportarse como un jefe de la Mafia y no mortificar a su familia o amigos.
- ¡Bienvenidos! - Recibía con sonrisas algo cansadas y abrazos cargados de felicidad, porque el poco descanso en su sistema no podía lograr quitarle el que estará contento por ver de nuevo a quienes eran parte de su gran y extraña familia.
#$&¤&$#
Más luego del desayuno, el cual todos tuvieron que comer ya que los que vivían en la mansión aún no habían tenido el debido tiempo.
Pudieron llevar a cabo la reunión por la que todos se encontraban ese día en el mismo sitio.
Algo que sólo significaba desgracia y mucho papeleo para los jefes o jefe, y generalmente dueño de la mansión.
Tsuna encabezaba la mesa mientras observaba a los guardianes de su primo, Varía y a los suyos, pelear e insultarse verbalmente entre ellos y apunto de lanzarse las sillas a la cabeza.
La sala estaba llena de gritos y maldiciones y una que otra mala palabrota pero ¿Qué más podía esperar de todos ellos juntos?
¿En el mismo día?
¿En la misma sala?
La vena en su frente estaba a punto de explotar y sus dientes chirriaban de lo mucho que los apretaba.
Observaba a Xanxus con su ceño fruncido el cual le devolvió la mirada sin demoras.
Dentro de todo Enma no debía de preocuparse por sus guardianes, siquiera Dino debía de preocuparse por sus subordinados.
Sólo parecían ser Varía y Vongola.
Xanxus y él debían de tener alguna mala suerte encima para que eso sucediera en cada reunión.
- ¡YA CIERREN SUS ESTÚPIDAS BOCAS, BASURAS! - Finalmente explotó su primo, adelantándose como siempre.
- ¡VOOOOOOY!, ¡CIERRA TU LA BOCA, ESTÚPIDO JEFE! - Lo peor de todo era que si se sacan de lugar ellos, les responden de vuelta de alguna forma.
Squalo se había puesto de pie y apuntaba con su espada a Xanxus quien sacó una de sus pistolas de su chaqueta y le apuntó a la cabeza.
- Te verías mejor con un agujero en la frente, bastardo. - Arrastró entre dientes sonriendo macabro.
Todos parecían haber usado aquel acto para comenzar las demás peleas, ya fueran entre sus guardianes o con los otros.
Dentro de todo Shimon y Cavallone se mantenían al margen de todo.
Y Tsuna, bueno, él tenía sueño y nada de eso le causaba gracia.
Su humor se disparaba últimamente y no podía controlarse debidamente, por lo que terminaba explotando muy feo.
Hasta él mismo lo admitía.
Aunque en ese momento estaba en total silencio con las manos cruzadas entre sí apoyando los codos sobre la mesa y la cabeza sobre sus manos.
¿Debería de congelarlos a todos?
¿O perdonarles por esta vez?
...
Al diablo con la paciencia.
- ¡Quiero que-
Más sus palabras fueron cortadas en un segundo, mientras algo de aire se escuchaba siendo liberado y todos los presentes voltearon a ver al Cielo.
Sorprendidos y otros asustados observaron la nube de humo de color lila en el lugar donde debía de estar su Cielo.
- ¿Tsunayoshi?
Más la respuesta no llegó.
Fue en ese momento en que a algunos se le volvió la mala experiencia de la bazuca descompuesta, en la que Tsuna desaparecía y ninguna versión suya del futuro aparecía.
¿Esta no era una de ellas.. O Si?
#$&%&$#
Tsuna suspiro y espero a que sucediera lo que debía de suceder.
Una nube de humo violeta que apareció de la nada a su alrededor tenía explicación.
Había una santa explicación.
Y realmente estaba agradecido con quien le hubiera disparado la bazuca en el pasado porque sino sus guardianes lo hubieran pasado muy mal.
Cerró sus ojos con dolor al pensar que sólo serían cinco minutos, Dios como le gustaría que fueran más.
Necesitaba dormir, no se podía tolerar ni él mismo desde hacía ya unas cuantas semanas.
Estaba tan cansado.
- ¿Tsuna?
Escucho su nombre y abrió sus ojos con cansancio, sin realmente prestar atención a quién le llamaba.
¿Qué?
Por más que lo hubieran llamado por error o por alguna pregunta él estaba en todo su derecho de seguir cansado.
- ¿Qué está sucediendo..? - Terminó su pregunta apenas, porque sus ojos perdieron todo cansancio cuando no entendió lo que estaba observando.
Sus ojos se encuentra con rostros que comparten muchas similitudes con quienes forman su gran familia.
Rostros sorprendidos y desorientados le devolvía la vista.
- ¿Tsuna..? - Hasta que una voz salió de uno de ellos, quien le había llamado le robó la atención y casi podría sonarle a..
- ¿Yamamoto..? - Parecía él realmente, pero tenía la voz ligeramente diferente.
Su rostro parecía el mismo, aunque se veía diferente.
Y parece que acerté, porque su expresión cambió un poco más.
- ¿Décima?
Definitivamente le iba a dar un paro.
#$%&^&%$#
Bien, estaba bien.
Tenía sueño y estaba muy intolerable.
Seguramente se había dormido en medio de la cena.. Aunque eso seguramente fue muy descortés de su parte.
Apretó un poco su cabeza entre sus manos intentando despertarse de todo ese loquero.
Pero no lograba nada más que sentir todo el picante e incómodo silencio que mantenía con quienes, él mismo asumió, eran las versiones del sexo contrario de su familia.
¿Qué clase de cosa comió para tener un sueño así?
- Eh.. ¿Décimo..? - Levantó su mirada de entre sus manos y observó alrededor prestando toda su atención, su intuición le daba el pésame. No era un sueño.
- Tsuna, creo que te volviste hombre. - Yamamoto habló tras el.. La que yo asumí era Gokudera.
Sonreí un poco ya resignado, necesito silencio y abrazar a Kyoya.
- Eh, sí… No soy de aquí, podrán entender, soy de otro universo, no sé qué pasó con.. - Pensé en que me llamaron "Tsuna" pero eso no implicaba que necesariamente mi contraparte de este universo fuera mujer, ese apodo no me ayuda. - Su 'Tsuna'. - Hasta le sabía extraño hablar en tercera persona.
- A sí, eso explicaría bastante. - Gokudera llevo una de sus manos a su rostro y me observó fijamente un momento, casi podría decir que era muy diferente de mi Tormenta. - Pero sigue siendo adorable, no importa que versión.
No, retiro lo dicho, ¡Es igual!
Me termine avergonzado y escondiendo mi rostro entre mis manos de nuevo.
Escuche la risa despreocupada de Yamamoto mujer y muy seguido los gritos de Gokudera mujer.
Hay diablos, quiero de vuelta mi caos normal.
Una mano se posó en mi espalda y dio un par de caricias consoladores.
- Jef..e..
Levanté la vista de nuevo al escuchar una voz más profunda que las de Gokudera y Yamamoto.
- ¿Chrome..?
- Eh, sí Jefe..
Suspire sin poder evitarlo, la versión hombre de Chrome era muy apuesta.
- Te ves muy bien. - Le sonreí antes de dejar que mi cabeza caiga de lado sobre la mesa.
- Usted también se ve muy bien décimo. - Gokudera saltó de inmediato tras escucharme a lo que sólo pude sonreír, son muy similares a mis elementos pero son más tranquilos.
Una puerta se azotó no muy lejos de la mesa, hay.. Era demasiado bueno para ser verdad.
- ¡Tsunaaaaaaaa! - Levanté la vista ante la familiar energía, y me encontré con una mujer que llevaba una camisa amarillenta apretada y algo.. bastante abierta en la parte superior. Me miro extraña por un momento antes de acercarse. - Te queda bien el corte Tsuna.. Perooo.. No es tan extremo como antes.
Ah, sí, Ryohei.
- ¿¡Qué acaso no ves que no es la Décima, torpe!? - Hay no, no otra vez.
- ¿A sí? - Se me acercó demasiado para mi propio bienestar de las últimas semanas y me observó frunciendo la mirada. - Pero sigue siendo tan bonita.
Qué vergüenza, maldita sea.
- Yyyy ¿Cómo te llamas, Tsuna no Tsuna? - Ryohei sin pena continuó observandome de cerca y me pregunto sin miramientos.
- Tsunayoshi. - Respondí y observé su rostro más relajado.
- Ah, no es muy diferente de Tsunami. - A Tsuna casi le pareció cómico, casi.
- ¿Tiene hambre Décimo? - Gokudera se acercó y me sonrió encantadora, ¿Sus nombres también serán parecidos a sus versiones de mi dimensión?
- Eh, no, acabe de desayunar, gracias. - Ya no sé si quiero irme o no, ¿Prefiero que toquen mi últimamente caótico carácter o que me averguiencen con cualquier pequeño comentario?
- ¿De casualidad la bazuca está funcionando mal? - Chrome llamó mi atención nuevamente por lo que volví a observarlo.
- Si soy sincero, - Suspire ante los cuatro pares de ojos que ahora me observaban un poco más interesados, ¿Querían que me fuera? - No creo que haya sido la bazuca.
La puerta de antes pareció cerrarse porque ahora volvía con el gran ruido a abrirse.
Por Dios ¿Qué sucede con las entradas dramáticas?
- ¡Tsuna - Neeeeee!
Esa persona era definitivamente un Lambo mujer, vestida con una poco indiscreta camisa de estampado de vaca.
Corrió toda la habitación sin parar por nada y se lanzó sobre mí en un abrazo que casi nos tira al suelo con silla y todo, le devolví el abrazo a la pequeña Lambo de, creó, quince años.
Pero bueno, no está tan mal.
- Ehh.. ¿Hayame? - Levanté mi mirada ante el comentario extraño de la Yamamoto, quien miraba a Gokudera y acababa de decirle Hayame. ¿Ese era su nombre? - Tsunami.. ¿No debería preocuparnos? - Vi a Gokudera palidecer.
¿Acaso mi versión 'Mujer' según la forma de Lambo de llamarme, estaría muy asustada por ver la versión hombre de sus elementos?
¿Lloraría demasiado?
Ahora recuerdo que no sólo estaban mis guardianes sino que también estaban los Arcobalenos adultos, lo cual a lo mejor aquí aún no pasó, la familia Cavallone, la familia de Enma, los Varia y prácticamente su Nube que era una bomba de tiempo.
Si, no la culparia si se desmayara por ahí.
Volví a la realidad y pedí un pésame por Tsunami.
Justo cuando vi a Gokudera mujer voltear lentamente a verme.
Parecía un poco demasiado alterada aunque aún no esté gritando.
- ¿Tus guardianes tienen seguro de vida, Décimo..?
Apenas apreté mis ojos de la sorpresa.
¿Qué..?
Khr AU (Crossover con Avengers: Infinity War) Parte 2
Sus brazos también estaban livianos, como si lo que estuviera cargando en sus brazos no estuviera ya allí. Lágrimas caían al suelo en un ruido seco cuando su rostro bajo temeroso su mirada para encontrar una silueta muy pequeña hecha de polvo dispersado y que el viento luchaba por llevarse. Su vista se levantó de nuevo pausada, cansada, vacía y repleta de lágrimas, como si él mismo también hubiera desaparecido al igual que aquellas personas. Sólo que su cuerpo seguía allí. Él seguía allí. Oh, uno debe de apreciar su felicidad hasta en el más mínimo segundo. Porque en cualquier momento y sin previo aviso uno podría estar sólo. Sólo.. Sin su amada pareja.. Y sin su pequeña criatura de dos días. Perderse solía ser duro. Pero perder todo lo que uno ama tras una silenciosa cortina de polvo y una sonrisa amarga suele cortarte en pequeños pedazos y lanzarte en una picadora de hierro. El Cielo había quedado sólo. &#$*$#& No entendía qué había sucedido. Las lágrimas caían incesantes de su rostro y un dolor en sus entrañas le repetía que no estaba en ningún sueño, o mejor dicho pesadilla. Su mandíbula temblaba, su cabeza dolía y su vista estaba nublada. Estaba perdido, cubierto de un manto de dolor y muerte en vida. Y solo.. Tan solo.. Caminaba, caminaba sin detenerse con la añoranza de ser consolador por su madre o estar solo en su oficina con la esperanza de desaparecer en la soledad. Y dolía.. Dolía tanto.. Que el destino te diera la más grande felicidad y te la quitará en unos instantes. Su cuerpo temblaba ante la impotencia y la confusión. Estando a tan sólo escasos segundos de llegar a la entrada de su mansión, pero sintiéndose miserable en las más mínimas partes de su ser. Teniendo la fuerza suficiente para elevar su brazo derecho y limpiar su nublada vista, quitando sus agotadoras lágrimas. Teniendo su cabeza levemente caída hacia adelante notando primeramente algo que le shockeo en su lugar, rememorando en su mente dañada los hechos que no hacían mucho que habían sucedido. En la entrada de las escaleras había dos pilas de polvo. Sus ojos horrorizados observaban estáticos algo que realmente no estaba allí. Podía escuchar el viento a su alrededor, junto con su mente rompiéndose en más partes, como si hubieran arrojado una roca furiosamente contra un espejo. ¿Por qué..? Su brazo cayó sin vida a un lado de su cuerpo de nuevo, mientras no apartaba su vista de las virutas de polvo que apenas bailaban con el aire. ¿Por qué está..? Su cuerpo temblaba incesantemente, su mente estaba en blanco intentando procesar que estaba sucediendo e intentando no rememorar su dolor, lo cual era inevitable. - ¿¡Por qué!? Sus rodillas cedieron a su cuerpo y se estallaron contra el suelo, sus manos en puños golpearon el concreto agrietando todo a su paso. Cambiando el dolor, el shock y la angustia por ira. Rabiosa, burbujeante y ácida ira que resurgió desde lo más profundo de su piadoso ser. Inyectando sus ojos de sangre, cambiando el calmado marrón por el explosivo dorado. Cambiando su persona completamente por el dolor y la tragedia. Queriendo olvidar, no queriendo entender. Siendo rodeado por su fuego exteriorizado, cubierto y bañado en dolor. Olvidando todo lo que rondaba por su cabeza hasta entonces, para sólo ser instado por su burbujeante desdicha. Su reconfortante y conocida calma fue evaporada por las llamas furiosas, ácidas y fuera de control que estaban heridas. Calientes e incontrolables quemando las plantas cercanas y el césped, derritiendo las escaleras de la entrada además de la puerta aún cerrada y el suelo de la entrada en el que estaba arrodillado. El pleno dolor de un Cielo pacífico y retenido por mucho tiempo comenzaba a intentar matar todo lo que lo rodeaba intentando aplacar el dolor de un niño que apenas había conocido la felicidad en su vida. Las llamas se volvieron ardientes comedoras de todo lo que pudieran alcanzar y comenzaron a alcanzar las copas de los árboles y las ventanas superiores de la mansión.
Mi jefecita: Denme buenas respuestas ante ser apuñalado, ¡adelante!
Mi hermana mayor (22): Grosero.
Mi hermana mayor (28) No otra vez.
Mi hermano menor (19): Eso es justo.
Yo (21): ¿Vas a querer esto de vuelta, o puedo quedármelo?
La idea de un crossover en el que Tsuna y sus guardianes entren en UA pensando en que es simple diversion de Reborn y que termine siendo por una razón bastante contraria y perversa; Me resulta muy atractiva. Tengo un puñado de capítulos pero tienen polvo de unos años de abandono en la idea, así que dejaré lo que tengo para quien pueda hacer justicia o algo a la falta de éstos crossovers.
Khr AU (Crossover con Avengers: Infinity War) Parte 3
Por lo que el destino fue más generoso con nuestro pobre Cielo y mandó a que apagaran sus furiosas llamas llenas de dolor para darle paz. Gokudera salió corriendo mientras rompía literalmente el extintor en las llamas de la puerta para poder llegar a su Cielo. - ¡Décimo! - Gritó intentando llegar al pequeño cuerpo encogido en dolor y gritos llenos de agonía, pero el fuego se había transformado en un enorme volcán de un león que devoraba todo a su paso. Ya no eran las llamas de su Cielo. Eran sus sentimientos tomando todo el control. Por detrás de él llegó Yamamoto igual de asustado que nada al observar todo aquello. - ¡Tsuna! - En su rostro no había una sonrisa boba como solía portar queriendo mostrándose tranquilo y bajo control como una lluvia, ahora sólo había miedo y pánico hacía el pequeño cuerpo y la furia que se estaba extendiendo a su alrededor. Gokudera apenas lo miro pero creyó leer sus pensamientos porque de inmediato llamó a sus llamas de lluvia para intentar apagar las emociones fuera de control de una bomba de tiempo, y quizás no era la mejor manera de intentarlo, pero en este momento no parecía haber otra cosa que pudieran hacer. Jamás habían visto a su Cielo descontrolado de aquélla manera, ese fuego que salía de su cuerpo ya no era amarillento o anaranjado, sino que se estaba pintando de rojo y rozaba lo enfermizo para la salud. El cuerpo de su Cielo en el suelo estaba de rodillas y con la cabeza en el suelo, sus manos apretaba sus cabellos y gritaba. Una clase de grito que haría llorar a la misma muerte donde fuera que estuviera presente. Yamamoto tiraba aún más de sus llamas para llegar a Tsuna desde donde estaba, el extintor se había evaporado como agua bajo la influencia de las llamas del Cielo. Tenían miedo de lo que pudiera sucederle al portador de las mismas bajo tal explosiva reacción. Las llamas azules se escurrían en olas desde el cuerpo de la lluvia que no podía conseguir calma incluso para sí misma, y corrían intentando rodear las furiosas e irreconocibles llamas de su Cielo, pero él mismo parecía querer dejar la entrada cerrada con candado, algo que jamás le había sucedido, las llamas de Tsuna siempre tenían el lugar abierto para todos los elementos de su familia e incluso para más. No había llegado a ningún punto en donde sus propias llamas de calma no pudieran llegar a alguien, y ahora no sabía qué hacer. Aún así no retiró sus llamas. - No me deja llegar a él.. - Estaba sorprendido además de asustado, y Gokudera sintió un empujón con esas palabras, sus ojos se agrandaron de sorpresa, ¿Su Cielo lo estaba rechazando? Él mismo intentaría llegar con sus propias llamas de lluvia, pero eran inútiles para intentar calmar a alguien, solo servían para formar ataques combinados con su principal elemento, en esta situación era un inútil. Desde el pasillo detrás de las puertas derretidas detrás de ellos comenzaron a retumbar los golpes de pasos apresurados que se acercaban, pero no podían escucharlos por el sonido que provocaban las llamas de su Cielo descontroladas en frente de sus caras e incluso sus dolorosos gritos de agonía, retrocedian a cada minuto cada vez más adentro de la mansión. - ¿¡Qué sucede!? La voz de un niño gritó no muy detrás de ellos intentando comprender qué sucedía con la bola de fuego que intentaba cerrarle cada vez más las puertas hacia afuera. No muy detrás de él llegó otra silueta más grande. - ¿Tsunayoshi..? - ¡Tsuna está fuera de control! ¡No puedo llegar a él con mis llamas! La verdad que la situación no daba para estar calmado y en paz si las llamas calmantes de la lluvia no podía llegar hasta lo que apenas podían creer que era su Cielo. - ¿Tsuna - nii..? El pequeño Rayo no entendía como podía mantener tanto poder dentro de su cuerpo su Cielo. Podían observar en primera fila como las llamas azules de lluvia intentaban atravesar las gruesas llamas rojizas, que cada vez se expandían más hacia su alrededor, pero éstas se dispersan en cuanto hacen contacto.
¿Qué pasaría si existiera... Tan sólo uno más de ellos? Los Osmundos son reconocidos por ser seres hipersensibles. Seres amables, comprensibles y muy inocentes. Seres de quienes se aprovecharon a la menor oportunidad. Crueldad, mientras vivían entre los humanos sólo eso recibían. Y por ser tan bondadosos no se protegían ni tampoco los culpaban. Sólo.. se dejaban utilizar.. Y en menos de lo que se dieron cuenta ya no habían más de ellos. La humanidad es así, no sabe apreciar lo que tiene hasta que ya no ésta. Los Osmundos también son conocidos y muy queridos por todos lados por poseer magia. Magia de sanar, de cambiar la realidad y de hacer sentir a las personas bien. Irradian instintivamente un aura que calma a todo ser a su alrededor y que relaja los cuerpos y las mentes. Era realmente culpa de los humanos el que ya no hubiera más seres como ellos. Sólo culpa de ellos. ¥₩^/*\^₩¥ Debía moverme rápido o llegaría tarde. En el trabajo había que ser puntual o serías despedido. Estaba a tan solo un giro de esquina para llegar cuando chocó con un cuerpo que salió de la nada y lo empujó al suelo. Le dolió la cadera al caer sentado y algunas lágrimas se asomaron en su rostro, pero se colocó de pie de inmediato, observo a la otra persona que tal parecía que no había caído al suelo. - ¡Lo siento mucho!, ¡No veía por donde iba! - Realizó una reverencia y pidió disculpas por su descuido, no estaba del todo atento por el horario de su trabajo, recordando eso observó su muñeca y con ello la hora dándose cuenta que tenía tan sólo unos tres minutos para llegar. - ¡De verdad lo siento, pero debo irme! No espero más respuesta, por más que aquello hubiera sido realmente grosero de su parte y retomó su carrera hacia la cafetería, doblando la esquina y adentrándose en la segunda puerta a su derecha. - ¡Sawada!, ¡Justo a tiempo, de nuevo! - La voz de una fémina se escuchó fuerte y claro apenas cerró la puerta a sus espaldas. - ¡No diré nada esta vez tampoco!, - La escuchó suspirar para luego suavizar su tono. - Pero al menos una vez intenta llegar con algunos minutos de sobra. - Lo siento mucho, Lal Mirch. - El castaño apenado mantenía su cabeza agachada y enrollaba su dedo en el dobles de su camiseta. - Vamos, Tsuna, debemos abrir ya. - Suavizando el ambiente le llamó con un tono aún más amable caminando hasta él a darle una cariñosa palmada en el cabello esponjoso. - ¡Si! - Y con ello observo al castaño recuperar toda su emoción, corriendo hacia la cocina a cambiar su traje, dejando en el camino un agradable cambio de aire. No pudo evitar suspirar al verlo cruzar la puerta. Una sonrisa se formó
Naruto finalmente consiguió volverse el séptimo Hokage. ¡Incluso logró tener una familia con Hinata!, ¡Y dos pequeños hijos! Logró cumplir su sueño y superar las malas vivencia que había tenido en el pasado. ¡Había logrado lo que muchos pensaban era imposible para él! ¡Y estaba feliz! ¡Muy feliz! Pero mientras se recargaba en la barandilla del balcón de su oficina, observando la aldea y escuchando los murmullos lejanos junto con el sonido de las hojas moverse, no podía evitar sentir que algo le faltaba. Mejor dicho que algo no lograba dejarlo en paz. Mucho tiempo había tenido algo en su mente y corazón atormentando su vida, pero a éstas alturas sabía sobrellevarlo solo, porque era un adulto y un Hokage que estaba a cargo de la protección de muchas personas, de muchas aldeas. No podía simplemente pensar en si mismo antes que en el bien de las aldeas. Pero aún así era una persona con sus propias batallas internas, ¿Verdad? Seguía siendo una persona.. ¿Verdad? Y aún así parecía estar aún muy lejos porque no sintió ni una presencia cuando de la simple nada el sonido de una bomba de humo resonó en sus oídos y lo arrancó de sus pensamientos. Su vista fue cortada por no poder distinguir nada, por lo que saltó hacia atrás en un instante y se colocó en guardia. Aún sin su visión no podía sentir ninguna presencia, además de que había perdido el contacto con la barandilla de su balcón y no podía encontrar las paredes para entrar en su oficina. Pero aún así mantuvo su calma y su guardia para poder enfrentar a quien fuera que le estuviera atacando. Los segundos transcurrían y la disipación del humo cada vez ocurría más rápido, hasta el punto en que sus ojos pudieron observar muy bien su alrededor. Terminó sorprendido más que nada. - ¿Qué son esas … cosas? Estaba en un lugar demasiado moderno para ser su aldea. Estaba en una ciudad.
193 posts