No cabía en su felicidad.
Molestando a Bunny en su madriguera o incluso siguiéndolo en las pascuas en silencio sólo para hacerlo tropezar al congelar el camino.
Yendo a platicar con Thootia mientras ella sólo parloteaba sobre los dientes de los niños que buscaban la adrenalina y se mostraba muy emocionada.
Acompañando en algunas noches a Sandman en su nube, mientras el se asegura de proporcionarle el mejor sueño a todos, sin hablar de nada con él, simplemente compartiendo compañía silenciosa.
Y pasando la mayoría del tiempo en el Polo norte comiendo galletas y escuchando las silenciosas canciones que Santa suele tararear mientras está creando algún nuevo juguete en su oficina.
No podía quejarme, se me había dado una familia, realmente tenía una familia luego de tantos años y siglos siendo ignorado.
No podía decir que no estaba feliz, jamás lo diría, tampoco lo pensaría, porque no era cierto.
Él era feliz incluso sólo estando en silencio allí, cerca.
Eso le era suficiente, era suficiente.
Pero.. No podía evitar sentirse extraño, como un invasor.
Bunny se lo había dicho desde el inicio, no era muy bien recibido por todos y no podía tomarse ninguna cosa en serio.
Pero.. ¿Qué esperaban?
Sólo era.. un chico cualquiera que murió y fue elegido por la Luna para ser inmortal y lanzar nieve de sus dedos.
Era todo.
Era todo lo que los demás, todos los demás sabían, Norte, Thootia, Sandman, Bunny, incluso podría decir que también el hombre de la Luna.
El resto solo él lo sabía.
Incluso una pequeña parte la sabía y quizás la entendía Pitch.
La de estar mucho tiempo en soledad, sin que nadie pudiera verte o siquiera pudiera hablarse.
Era doloroso solo caminar por las calles en silencio o hablando al aire, a la soledad, como si alguien pudiera escucharte y responderte.
Era doloroso.
Incluso en ese tiempo en el que podía juntarse con los guardianes y algunos niños lo veían.
El pasado no podía ser olvidado, mucho menos borrado.
Era.. Cruel.
Eran muchos siglos, muchos años, muchos días estando completamente solo, contra.. un mes conviviendo con quienes le veían y quienes lo consideraban parte de su familia.
No despreciaba la confianza de Norte, siquiera el cariño de madre de Thootia, la simpatía de Sandman o el compañerismo de Bunny, solo era que.. A pesar de todo el tiempo que pasaba con ellos o jugueteando con los niños.. Había mucho tiempo que solo utilizaba para estar sólo.
Había oído por ahí que los viejos hábitos nunca mueren.
Y podría ser realmente la verdad.
No podía evitar irse hacia algún sitio lejano, algunas veces a donde murió y renació, pero otras era aún más lejos.
Altas montañas de nieve, hasta lagos llenos de icebergs o simplemente la nada misma en la que solo caía nieve silenciosa.
Lugares fríos, desolados, abandonados, justo como él mismo se sentía y como había estado mucho tiempo.
Era imposible olvidar y ahora que podía tener sus recuerdos de antes de caer al lago lo era aún más.
Existía ese alivio de saber quien había sido, pero seguía el sentimiento tan desgarrador en el pecho, ese que era.. La soledad.
Parpadeo un par de veces y observo la calle repleta de agua a la que aún azotaba la lluvia.
El agua se desparramaba de forma rápida por los bordes de la calle hasta las alcantarillas, por lo que me vi sentado en el asfalto estirando mi callado para que tocara la corriente y ésta termina congelándose a rápidos pasos.
Mis ojos sólo corrieron la rápida congelación que terminó doblando en la esquina de la calle donde no pude seguirla más.
Junte un poco más mis rodillas en mi pecho y apreté entre mis manos mi callado.
La lluvia ya había mojado toda mi ropa y mi capucha se pegaba a mi rostro por ello.
No podía evitar sentir que algunas cosas no cambiarían.
Nada cambiaría que Thootia juntarse con emoción los dientes de los niños, que Conejo preparará con anhelo los huevos para las próximas pascuas, ni que Norte siguiera creando más juguetes llenando de felicidad su corazón o que Sam proporcionará tranquilidad a otros en el momento de descansar.
El agua mojaban mi rostro y mi vista se veía borrosa por ello o quizás por otra cosa.
¿Estaba llorando, o sólo era la lluvia?
Suspiro y sintió sus labios temblar pero no tenía frío, él era helado simplemente no sentía mucha incomodidad por las bajas temperaturas.
Entonces sólo eran demasiados pensamientos en una sola noche.
Parpadeo lento y se levantó del borde de la calle que tenía un río helado.
Observó alrededor, las farolas de la calle que iluminaban las casas y las gotas de agua dibujando furiosas por la luz.
Parpadeo algo cansado y decidió volver..
Quizás a el Polo norte, sí, probablemente allí.
No tenía ánimos de pedir al viento si le podría llevar por lo que simplemente comenzó a caminar por la calle.
Buscaría otra puerta si no podía llegar volando, al menos aún no.
#$&¤&$#
Gracias al grupo de los guardianes había descubierto que era muy fuerte, quizás no mucho físicamente pero sí en cuanto a sus poderes.
Pero realmente esperaba no tener que utilizarlos así de nuevo, aunque le gustaría, porque sabía que sólo sería por problemas muy grandes como en aquella ocasión.
Gracias a ellos había conseguido tener una familia, unos amigos, alguien que estaba dispuesto a que les acompañe en cualquier momento.
Y lo agradece, de verdad había estado buscando algo de calma y compañía como ellos.
Y a pesar de haber estado jugando les bromas pesadas por mucho tiempo de verdad les agradecería el que le hubieran aceptado.
Quizás nunca terminaría de agradecerles.
Pero estaba bien con ello.
#$&*&$#
Terminó conduciendo su propio camino al bosque en donde Pitch había sido llevado a las profundidades de la oscuridad.
No le extrañaba y realmente tampoco le guardaba rencor alguno porque realmente solo era alguien que también anhelaba la compañía de otro ser por un motivo muy diferente y desconocido, como el suyo.
La lluvia ya no le golpeaba la húmeda ropa, pero seguía cayendo, gracias a los árboles que tapaban todo el sitio como si fuera un escondite.
El lago se encontraba sin una pizca de hielo gracias a que faltaba aún algunos meses para la temporada de la nieve pero aún así no podía quitar la mirada de tan bonito lugar.
Casi le parecía irónico.
Algunas cosas eran aterradoras y otras eran muy dolorosas.
Era el guardián de la diversión pero aún así se sentía de tan.. Bajo humor.
Era inevitable o al menos así lo veía él.
El que siguiera sufriendo era.. Irónico.
Su callado paso de su mano izquierda a la derecha sin poder evitarlo y con su mano ocupada retrajo la larga manga de su buzo usando dos dedos observando las marcas a lo largo de su piel.
Frunció un poco su ceño sin poder evitarlo, estiró de nuevo la manga y dirigió su vista hacia otro lado.
Fue hasta un árbol cercano, al que le llegaba el agua de la lluvia, y se trepó a el recostandose entre las ramas más grandes.
El agua le llegaba hasta el rostro pero no le importó, ¿Qué más daba si ya estaba empapado?
Nadie parecía querer dejarle descansar por que apenas cerró sus párpados la lluvia empeoró.
Granizo comenzó a caer de forma brusca y estrepitosa.
Le dolieron las primeras tres que le golpearon el rostro y el pecho, luego se movió rápidamente fuera del árbol queriendo refugiarse en otro lugar.
Esa ciudad ya le estaba echando en silencio con esa tormenta, volvería simplemente en unos meses.
- Viento, llévame a otro lugar. - Resignado me límite a susurrar pidiendo un pedido ya que estaba cansado a más no poder.
Cualquier sitio era mejor para intentar olvidar todas las pesadillas mentales que graciosamente no eran causadas por Pitch.
El viento me levantó sin esperar más y me arrastró a otro lugar en silencio.
Dejando que las gotas me mojaran en el viaje y lentamente me hicieran olvidar.
Intentando por lo menos ignorar las cicatrices que se extendían por mis brazos y algunos sitios más, aquellas que solo habían sido causadas por mi mano.
Todas causadas en aquella época no tan lejana en la que era ignorado por todos y no era un guardián.
Esa época en la que tallaba una profunda herida por cada intento imposible en lograr que alguien siquiera pudiera verme.
Cerrando mis ojos al pensar en que sólo había sido un niño en la edad de un muerto.
Por tanto tiempo en soledad y ya haberme vuelto loco sin notarlo.
Era doloroso.
#$%&%$#
Pensar en bosques nevados, montañas nevadas, lagos congelados y termine en un lugar tan contradictorio.
Me encontraba sobre la Isla de Pascua, la madriguera del Conejo gigante más gruñón del mundo y alguien al que muy poco veo realmente.
De todos los lugares más insólitos, viento tenía que arrastrarme a éste, aún que en el último momento opusiera resistencia para poder irme.
Termine descendiendo en un árbol pintoresco cerca de una de las cascadas y varias estatuas de huevos gigantes.
No pude más que sentirme un poco incómodo por el abrasador calor que ese sitio representaba.
Al estar mi cuerpo acostumbrado a estar frío, literalmente, como un muerto.
Apenas me mantenía de puntillas sobre una de las ramas del árbol, observando con cuidado todos los alrededores intentando que nada se congelase por mi culpa y me delatara y arruinara la bonita vista el sitio.
Eso era lo que más me preocupaba al terminar allí, el arruinar algo.
Porque además de sólo molestar con bromas a Bunny jamás me mantenía en el suelo, siempre flotando alrededor evitando tocar algo.
Era como la maldición de arruinar todo lo que tocara con mis manos.
Sin poder evitarlo me observe ambas manos sintiendo como si de repente cargaran cosas muy pesadas cuando simplemente mantenía mi callado en una de ellas.
Suspiré al pensar en ello y salté del árbol.
Podría haber terminado flotando pero el viento no estuvo de acuerdo conmigo.
Por lo que caí de puntillas al suelo congelando un poco el pasto verde y brillante, di un paso al frente observando hacia atrás notando que los rayos del sol derretía el hielo que mi cuerpo generaba al caminar.
Aquello me dejó suspirar tranquilo pero aún así continúe caminando de puntillas manteniendo mi callado pegado a mi cuerpo y evitando que tocara el suelo.
Cada tanto seguía volteando asegurandome de que el hielo efectivamente se derretía como si jamás hubiera estado allí dejando agua recorriendo por entre la hierba.
Paseo rodeando el lago que formaba la cascada evitando estar muy a la orilla para no congelar el agua.
Sentía como poco a poco el sol incluso secaba mis ropas húmedas que habían querido comenzar a congelarse de aquella forma.
Continuó su camino buscando alguna forma de salir de allí quizás dejando muy atrás el lago con la cascada.
Hasta que se adentro en otra parte del bosque, sin realmente poder evitarlo ya que esté rodeaba la cascada.
Buscando por el suelo o entre medio de las enormes estatuas.
Suspirando cuando no encontraba nada realmente que le sirviera.
Incluso ahora ya estaba seguro de que se iría al Polo ya que quería comer galletas repentinamente.
Pronto no pudo evitar sentir el movimiento de las hojas de los árboles a su alrededor sintiéndose por un momento envuelto en un recuerdo demasiado real para sí mismo.
El pasado, ese en el que tenía una hermana y una madre que le pedía que dejara de hacer tantas tonterías juntas.
Cuando había llegado la primavera, por muy extraño que fuera ese suceso y ellos dos fueran a ver las aves volver por un tiempo y algunos animales saliendo de sus cuevas.
Era relajante caminar con ella por todo ese sitio sintiendo que las cosas no estaban del todo mal.
Como si los siguientes siglos no hubieran sucedido realmente.
Hasta que todo eso se rompió, el recuerdo de su hermana se esfumó en el aire y observando fijamente se encontraba un enorme conejo perplejo y algo manchado de pintura de colores.
Sus propios ojos no pudieron evitar abrirse al ser descubierto.
Que mala suerte.
- Jack.. - El conejo le extendió una de sus enormes manos observándola fijamente y con algo de sorpresa. - ¿Estás bien?
Más en ese instante sintió que algunas lágrimas estaban cayendo por sus heladas mejillas.
Si, la peor mala suerte de todas.
______________
Suspiro en cuanto pudo reaccionar.
Pasó el brazo libre, que no tenía su callado agarrado, y sin cuidado por su rostro antes de observar de nuevo al enorme Australiano.
- No tengo nada, lo siento estaba por ir al Polo. - Pegue media vuelta sin querer prestarle atención para irme rápido de allí.
Lo que me faltaba.
- ¡Espera, Jack!, ¡Jack!
Me moví entre medio de los árboles y me limite a trepar uno para saltar a otro y trepar lo más que pude antes de gritarle al viento que me llevará de nuevo.
No tardó en empujarme y no ignorarme esta vez.
Pero en ello sentí un repentino mareo y sentí como se nublaba mi vista desde las esquinas en tan sólo un instante.
Sentí vértigo por primera vez..
Y luego caí sin poder evitarlo.
#$&%&$#
El enorme cuerpo peludo del Australiano atrapó el inerte cuerpo frío que caía del cielo.
Había salido corriendo tras observar el extraño comportamiento del chico.
Que había estado llorando y luego había salido huyendo.
Y menos mal que lo persiguió porque en tan sólo unos momentos lo encontró cayendo en el campo abierto donde ya no habían árboles.
Entre sus brazos podía sentirlo temblar y eso no fue lo suficientemente extraño que sintió, sino que estaba algo tibio.
¿Se suponía que el espíritu del invierno estuviera tibio?
En su conocimiento suficiente eso no era nada bueno.
No se tomó demasiado tiempo para salir en una carrera hasta su acogedora casa.
Corrió hasta su cama y busco una cobija, pero cuando lo estaba envolviendo encontró en su mente que eso no tenía sentido.
Aún con el muchacho en sus brazos, y la manta de todos modos sobre él, observó hacia todos lados intentando idear algún plan.
Él no podría cuidarlo allí, su madriguera era un sitio fuera de temperatura para Jack.
Estuvo estático por unos minutos hasta que por su mente pasó la pequeña conversación que tuvo con el espíritu de la diversión.
"Estaba por ir al polo"
Eso era lo suficientemente bueno, allá hacia el suficiente frío y estaba Norte, quien seguramente sabría qué hacer en una situación así y con un paciente como Frost.
Tomó el callado del muchacho y lo ató a su cuerpo con sus boomerangs, y amarró el cuerpo del mismo utilizando la manta y otra más por si las dudas.
Debía partir por uno de sus túneles hacia el Polo aunque no le gustará el frío, ya que Jack lo necesitaba.
#$&%€%&$#
Sus patas apenas le temblaban, y su pecho tiritaba por el frío que de igual forma irradiaba el muchacho.
Estaba fuera del taller de Norte y aún así parecía estar aún muy lejos porque se había levantado una tormenta de nieve que lo empujaba hacia todos lados menos al frente.
Clavaba sus patas de igual forma en la nieve intentando mantenerse en el mismo rumbo, apretando el cuerpo más pequeño contra el.
El viento lo empujaba pero igualmente el mismo empujaba hacia el lado contrario, peleando por que lo que fuera que tuviera el muchacho no fuera algo grave.
Su brazo derecho golpeó la enorme puerta de madera del taller un par de veces, pero preso de la angustia no espero mucho y le dio una patada para abrirla.
Los Yetis se habían arremolinado cerca de la puerta pero aún algo lejos, como a punto de atacar a quien fuera que entrará.
Aunque todo movimiento se detuvo en cuanto lo vieron entrar, pero no le presto atención a ello y emprendió una rápida y casi desesperada caminata hacia la oficina de Norte.
Subió las escaleras a prisa y empujó sólo con su brazo la puerta de la oficina, Norte no tardó mucho en levantar su vista de los bloques de hielo en sus manos.
- Bunny..
- Tenemos un problema.
#$%&%$#
Jack se encontraba sobre la laguna congelada.
La pequeña niña frente a él irradiaba todo el miedo que la situación le hacía sentir.
- Tranquila, tranquila, no te va a pasar nada. - Movía apenas sus manos frente a su cuerpo, dando a entender que él no permitiría que nada pasará.
- Tu siempre estas jugando Jack. - Ella apenas se movía por miedo a que las grietas en el hielo ya no fueran sólo eso.
- Esto es sólo un juego, ya sabes como todos los días.. - El apenas dio un paso y observó que bajo su propio movimiento el hielo debajo suyo se agrieto bajo su peso.
- No lo creo, jack. - Mencionó asustada y algo enojada porque su hermano jugara en un momento como ese.
- ¿Qué te parece si jugamos a saltar? - Se negó a observar su propio suelo, y observó los pies de su hermana. - Juguemos a brincar. - Observó a sus lados antes de encontrar algo con que remediar la situación, observando una rama alargada no muy lejos. - Es tan fácil como contar hasta tres, uno.. - Piso algo lejos y con lentitud, observando que no se agrietaba debajo probó sólo pararse sobre ese pie exagerando su propia reacción, logrando que la expresión en la más pequeña se alejara del miedo. - Dos.. - Dio otro paso tanteante. - Tres, ¿Lo ves?, es muy sencillo. - Aterrizó cerca de la vara y la tomó agachándose de cuclillas observando a su hermana y alentando la.
Ella dio el primer paso cuando el la acompaño comenzando a contar.
- Jack.. - Ella medio soltó alarmada al ver que en su segundo paso el hielo se agrietaba y rompía de forma alarmante bajo ella.
Sus miradas se juntaron en un segundo cuando Jack la lanzó hacia otra dirección con ayuda de la vara y evitó que llegará a hundirse en el hielo.
- ¿Estas bien? - Sus ojos se encontraron con los de ella, devolviendo sólo asombro por lo que no pudo evitar soltar una pequeña risa asustada por el asunto.
Camino lentamente hacia ella, apretando la rama que había usado, y observando por donde caminaba, hasta llegar a ella y abrazarla.
A pesar de todo, él había estado asustado.
Pero ahora todo estaba bien.
Ahora tu estas bien.
-*-*-*-*-*-*-*-
Abrió sus ojos lentamente, sintiendo que todo su alrededor era borroso y algo extraño.
Sentía su cuello hormiguear al igual que sus dedos.
Sus ojos picaban un poco y no lograba encontrar su callado.
Se impulsó con sus brazos y se sentó, su cabeza giró y sintió náuseas.
Nada, puro silencio y su cabeza en blanco.
Su rostro estaba mojado, pero no podía recordar porqué.
Sus manos temblorosa subieron y limpiaron las lágrimas, pero ellas simplemente siguieron cayendo por un rato.
Las dejó que hicieran lo que quisieran mientras él observaba a su alrededor.
Parecía que estaba en el polo, y sólo lo sabía porque a través de la ventana, a su lado, sólo había nieve, borrosa pero era nieve.
También podría haber sido cualquier otro lugar, pero a esas alturas no podía simplemente confundirlo.
Parecía ser cualquier otra habitación, pues había una cama en la que sólo entraría una persona o tres apretadas.
Y no había nadie más.
Se sintió tranquilo por un instante, al menos hasta que sintió comezón en sus brazos y decidió rascarse.
Sus pocas uñas hicieron buen trabajo, hasta que la picazón se volvió ligero dolor.
Bajo sólo su manga derecha y con solo observar un poco los recuerdos de hacía poco tiempo, él pensaba, volvieron golpeándolo como grandes olas de dolor.
Frunció sus ojos bajo el dolor de los recuerdos.
Desde un inicio no había sido un guardián.
Desde un inicio no había estado nadie con él.
Y desde un inicio nadie podía verlo.
No estaba con vida.
Ese fue su primer pensamiento al observar a los niños, adultos, animales, todos pasando a través de él.
Como en una amarga pesadilla.
Y tenía miedo desde entonces.
Era como renacer, ¿No es así?
Porque no podría simplemente nacer de un lago congelado y siendo un adulto, ¿Verdad?
No le gustó pensar así, así que se fue.
Se alejó de donde él 'nació' y fue a cualquier otro sitio.
Hasta que terminó en un sitio realmente sorprendente.
Era sólo una isla, rodeada de agua y nada más.
Le gustó el sitio porque siempre hacía frío.
Se quedó un tiempo, todo el pueblo era realmente sorprendente.
Guerreros, sorprendentes vikingos.
Él mismo no lo hubiera pensado.
Habían vikingos, o bueno, así los llamaba un niño que resaltaba por ser tan diferente.
No tenía musculatura, era una astillita de madera, no era rápido, pero era muy apoyado por los de la aldea.
Era muy extraño en cierto sentido, como el que las personas no pudieran verlo.
Sintió cierta simpatía por el chico, así que se quedó un tiempo con él.
Y más tarde que temprano se enteró que, extrañamente, en esa isla también vivían dragones.
Imagínense mi cara cuando me enteré.
Aunque no se porque me sorprendí, si sabía que existía un conejo gigante y una hada gigante.
Era realmente una reacción extraña.
- Oye, ¿Cuándo vas a volver? Llevo tiempo cuidando tu cuerpo. - Ojos fijos en el techo, susurros en la mente. - ¿Quién eres? ¿Por qué no has vuelto por tu cuerpo? - Parpadeo y suspiro profundamente. - Cuide lo mejor que pude de tu cuerpo, pero se vuelve más pesado cada vez, ¿Cuándo vendrás por él?
Tsuna se convierte en Arcobaleno de forma injusta a los quince.
Su madre muere por su culpa en un día de compras, ella es atropellada cuando lo empuja fuera de la carretera por no ir prestando atención.
El queda solo, nadie puede decirle nada cuando él vuelve a su casa y se encierra por dos, tres, cuatro y cinco días en la oscuridad y silencio de su habitación.
Observando desde una esquina al vacío absoluto que resulta ser ahora su vida, sin valor como para ir a enfrentar el vacío y silencioso espacio que es la habitación de su madre.
No duerme, no come, no va al baño, casi no respira.
La culpa puede hacerse cargo de todo desde que sucedió, no lo deja en ningún momento, el resto de sentimientos o emociones se mantienen burbujeando y quemando en lo profundo de todo, muy debajo de todo.
Cuando pasa una semana y probablemente corten la luz y el agua por no pagar las últimas facturas es cuando unas pequeñas nieblas se reúnen y dejan aparecer de la nada a un hombre extraño disfrazado.
Tsuna no le presta atención, no lo ve.
- Te propongo un trato, Tsunayoshi.
El hombre extraño sonríe al observar la nula o nada de reacción en el cuerpo solitario en la esquina lejana a la cama y al armario de la habitación.
- Ayúdame con tu vida para tener menos de ella.
Y allí, en medio del solitario rincón donde podría descansar un cadáver, la cabeza se movió lentamente hacia arriba;
Escucho.
_-_-_-_-_-_-_
Cuando no puede apartar la vista del asfalto es cuando recuerda un momento que tuvo con su madre en su niñez.
Recuerda que estaba sentado entre las piernas de su madre y ella había comenzado a explicarle que no podía esperar a ver el gran hombre que se convertiría, y allí ella había puesto sus, en ese momento, pequeñas manos sobre las de ella.
La diferencia se mostraba sin necesitar señalarla o explicarla, y en ése momento Tsuna había pensado en que quería ser grande y fuerte para mostrarle a su mamá que sería el mejor hombre para que ella estuviera feliz.
Pero las nieblas de esa imagen se dispersaron hacia los lados y mostraron lo que no terminaba de entrar en su cabeza y relacionarlo con su madre; La sangre.
Había tanta sangre sobre el asfalto.
Y Tsuna estaba intentando entender de quién, antes de saber que era su culpa.
- A...ah..ah..
Mamá..
De su garganta no lograban salir sus palabras como para poder expresar porque su rostro se sentía tan seco.
Podía escuchar sus latidos retumbar en sus oídos.
__________
El niño miraba la pared fuera de la realidad mientras abrazaba sus piernas y respiraba pausadamente respiración tras respiración.
El tiempo pasaba irrelevante sin esperar que algo sucediera, ni siquiera hizo el intento de contarlo, no quería.
Si alguien había intentado llegar a él al enterarse del suceso, no se había enterado.
Si alguien había pasado para saludarlo sin haberse enterado del suceso, tampoco se había enterado.
Si alguien pensó que la casa estaba abandonada y ya nadie vivía allí, tampoco se enteró.
El tiempo y el sonido habían dejado de afectar su mente.
Y había tanta tranquilidad.
Parpadeo lentamente antes de seguir observando la pared liza de color amarillo marchito, la cual nadie podría decir si era su color ya que nadie entraría o traería la luz para intentarlo.
La pared no tenía nada más que toda la atención que podría tener de un niño que no cuánta como un ser vivo sano.
El niño miraba la pared y no pensaba o podía apartar la vista del punto invisible, ya que no tenía el valor de intentar enfrentar la realidad.
La sangre y el cuerpo tirado allí.
Al otro lado de la pared estaba la habitación de su madre, una habitación que no se permitiría ver porque su madre decía que era de mala educación revisar los cuartos ajenos, y Tsuna fue muy bien educado para no hacerlo.
Así que no tiene que ir a ver el cuarto de su madre porque no lo necesitaba, ella vendría en algún momento a decirle que se cambie y baje a desayunar para ir a la escuela o se le hará tarde.
Lo espera, porque la sangre y el cuerpo de su madre no estaban en el pavimento.
Y no eran de ella.
Sólo tenía que esperar a que la habitación se iluminara con la mañana y su madre saldrá de su cuarto, caminara por el pasillo y tocará la puerta de Tsuna.
Pero su cuarto está en penumbras.
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En algún punto su mente sólo comenzó a girar en el recuerdo doloroso y sólido clavado en su párpados cerrados.
Dormir desapareció de la lista de opciones, así que sólo se quedaba despierto, el sueño no le molestaba y en algún punto dejó de estar presente, como si hubiera dormido lo suficiente como para sacarlo de encima y de su sistema.
No está seguro de cuánto falta para la mañana, pero no está impaciente por su llegada, puede esperarla un poco más.
El amanecer llegaría, su madre se despertaría, bajaría a preparar el desayuno antes de despertarlo y luego lo despedirá con un beso y un gran deseo de buena suerte para su día.
Si, la rutina.
Hay que apegarse a la rutina manchada de sangre.
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No sabe cuánto tiempo espero, todo parece tan lento de todas formas, no hay cambios a su alrededor como para que supiera si el tiempo continuó avanzando o sólo su mente lo hace ver de esa forma.
Pero lo que sí sabe es que su madre no vendrá.
Cree que lo supo muy pronto o muy temprano, no lo había intentado pero de todas formas no iba a salir de su cuarto ni siquiera para ir al baño.
Las necesidades como comer o tomar agua fueron muriendo con el paso de los minutos quizás, el tiempo se volvió algo tan vago y ajeno que ya no está seguro de poder medirlo adecuadamente.
Y no tiene el valor como para moverse y dejar de observar el lugar que él sabe que su madre ocupaba en la cama al otro lado de la pared.
Su cuerpo se sentía ajeno a su ser y nada pasaba realmente por su mente mientras observaba, encorvado sobre sí mismo, hacia la pared.
Aunque alguna cosa quisiera cambiar no estaba completamente seguro de que pudiera detectarla, ya no.
Había matado a su propia madre.
La sangre.
No podría perdonarse jamás.
Tanta sangre sobre el asfalto.
Sonaba injusto pero.. ¿Podría terminar esto pronto?
El pequeño cuerpo en la esquina oscura no se movió, no sintió el cambio y no dejó de prestar fantasmal atención a una pared vacía.
Las nieblas escondidas en el polvo acumulado debajo de la cama, el espacio entre el armario y el suelo debajo la alfombra, se arremolinaron lentamente en el medio de la habitación hasta formar un pequeño remolino grisáceo que no podía apreciarse en las penumbras y en un instante desaparecer para dejar en su lugar un cuerpo estático, firme y grande.
El cuerpo extraño no hizo el intento de mirar a su alrededor como si no supiera donde estaba, por lo que sólo observaba un lugar específico que era ocupado por un pequeño cuerpo enrollado en la oscuridad.
Debería intentar acercarse pero no lo hizo, como si supiera que la cercanía no haría un gran cambio en la situación.
- Te propongo un trato, Tsunayoshi. - Bailo suave la voz del extraño, rompiendo los hilos del silencio que fueron creación de una semana de dolor y desprecio en la habitación cerrada al mundo exterior.
Y el sujeto enmascarado no se contuvo en sonreír invisible bajo su máscara y soltar una pequeña risita al recibir de respuesta el silencio de parte del cuerpo en la esquina.
Era algo que de alguna forma esperaba.
- Ayúdame con tu vida y ella será acortada para ti.
Y allí, en el silencio de un cementerio lleno de dolor, remordimiento, amargura y culpa, el cuerpo abandonado y dejado de un niño de tan sólo quince años, mostró movimiento luego de una semana de sólo respiraciones lentas y letales.
Levantó la cabeza hacia arriba y el intruso pudo ver en él, y contra toda lógica de la ceguera en las penumbras, a través de su máscara; los ojos amarronados y alejados de toda luz de vida de un ser que lo perdió todo y fue consumido por la culpa.
Y en medio del silencio de la habitación carente de una vida saludable, pudo escuchar el pedido desesperado del corazón de un ser que se sentía tan solo.
Te escucho.
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Checker Face podía admitir que estaba ciertamente sorprendido.
Pero a pesar de que él sabía que la mezcla entre uno de ellos y un humano era una muy mala idea, más allá de que estuviera enamorado de Aria y la quisiera para él, pero el resultado de la mezcla debería de dar un ser superior a los humanos aunque fuera inferior a uno de ellos.
Aún así, ¿Cómo era posible que un simple humano tuviera llamas más puras que un descendiente de Aria?
Era imposible.
Pero justo aquí tenía la prueba, justo frente a sus ojos tenía la prueba de que eso era incorrecto.
Imagine Danny in that omegaverse thing being able to sneak up on the bats. First off ghost stuff obviously. But then you factor in the scents and how developed their sense of smell is. Imagine Danny just turning a corner right into Batman and him just reacting by grabbing whoever ran into him. Only to see a homeless kid, who he didn't hear, nor smell. Which is concerning on so many levels in this world, only for the kid to vanish. He can't track the kid because he leaves no trace, but the thing that sticks with is the no scent stuff. That means that he has no pack, no family or friends, no one to take care of him.
This is somewhat similar to what I was trying to find but I love the fact that Danny is invisible in yet another way that can freak out the Batfam
At times like this, I wish I was a writer
Thanks for sharing!
Eren tiene el peso borroso pero siempre presente de los recuerdos de los portadores de todo el bucle del titán atacante, y ahora tiene los recuerdos de todos los ruidosos portadores anteriores de todos los titanes, cree que puede con ellos.
Nadie dice nada si duerme muy poco, a nadie le importa, a él mismo nunca le importó.
Si tiene episodios por ellos nadie los ha podido detectar, en todo caso los sabría esconder muy bien, él está bien.
Excepto..
Eren recuerda la traición viva y dolorosa en su pecho al recordar la primera vez que descubrió a la titán hembra y peleó contra ella.
Recuerda cómo se rompió el brazo al intentar golpear con su ira su rostro, como no mucho después también supo que ella era uno de sus amigos, que era Annie..
Pero cuando le grita y le reprocha al punto límite del llanto, y le duele la rabia y la ira en su interior, parpadea y… está observando un rostro extraño..
Una mujer rubia llora y tiembla debajo de su cuerpo de titán, pero no es Annie y.. Eren puede ver su propio brazo derecho cubierto en vapor por romperlo contra el suelo.
Oh…
Quizás si tiene episodios.
Sus propias lágrimas caen sobre el rostro de la pobre mujer.
__________
Eren mira hacia el agua luego de la arena, es bastante bonito si le preguntas justo cuando el sol se esconde al terminar el día.
Pero.. No puede impedir la línea recta que son sus labios por escuchar palabras que sabe, sabe muy bien, que realmente sólo están en su cabeza.
- Escucho las olas, ¿Es bonito, no es así Eren? - La voz lenta, quizás demasiado tranquila de Armin abruma suavemente sus oídos, no hace más que avivar su dolor en el pecho que palpita y se expande con cada respiración.
Eren no sabe si está de acuerdo, su mente desde muy temprano le proporcionó las verdades que siempre lo esperaron detrás de las olas del océano, así que no estaba seguro si “esto” era lo suficientemente alejado de su mundo como para pensar que puede ser "libertad", después de todo eso es lo único que siempre busco. A pesar de saber que nació para jamás alcanzarla.
Aparta los ojos porque no puede simplemente ver todo ese escenario sin sentir que su estómago se revuelve, la bilis esperando tan sólo un poco detrás de su paladar.
Pero… sabe muy bien qué estar limitado a un reloj de arena que no se detiene no es libertad, y tres años más con todas esas memorias, esas personas en su cabeza, no son vida.
¿Entonces, por qué estoy aquí de nuevo?
(Aizawa quisiera saber que es lo que atormenta tanto la mente de un niño como ese)
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- Niño, - Pronunció en un tono completamente apagado de cualquier emoción que pudiera cruzar la máscara de metal, pero dejando filtrar la burla ácida y sarcástica hacia un simple niño que creía que podía hacer algo respecto a una gran cantidad de décadas de planes de un hombre demasiado poderoso como para que una mente tan joven lo entendiera. - Crees realmente que con tu limitada edad, tu pequeña mente en constante pausa y tus deseos positivos para el mundo; ¿Simplemente puedes hacer algo contra el constante crecimiento de los monstruos que la propia humanidad está creando? - El hombre que apestaba a poder y portaba una abundante presión sobre la simple y pequeña existencia de Eren, dejó escapar una corta y oscura risa helada entre sus palabras antes de señalar hacia la pequeña y diminuta figura de Eren. - Estás muy equivocado.
- No deberías provocarme. - Eren está seguro de que no cambió el tono de su propia voz, lenta, cansada y con un toque de ira mal concentrada, pero se sintió diferente al hablar, quizás porque algo dolía y ardía al mismo tiempo en su pecho, o tal vez su fresco pasado y los constantes viajes a recuerdos ajenos son lo suficientemente molestos frente a la persona correcta, no lo sabe. El hombre pareció titubear al escuchar que Eren aún hablaría. - Soy uno de esos monstruos después de todo.
Eren está en una línea entre cruzada por los dos extremos del cansancio y el dolor, pero después de todo sabe que es verdad.
Aunque no le importara en el pasado o ahora (Lo cual es una completa mentira), sabe que es verdad, toda una completa eternidad de recuerdos respaldan esa simple palabra y ninguna otra cantidad de ellas puede cambiar esa simple y completa verdad.
No puede sentirlo, no puede saberlo y mucho menos adivinar lo que él otro hombre piensa luego de escuchar sus simples y cortas pero cargadas palabras de una completa vida de encarcelamiento ansiando la libertad.
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Eren sabe más que nadie del fracaso.
Quizás pudiera ser realmente poderoso por una limitada cantidad de tiempo, casi sin barreras obstaculizando sus deseos y aún así fracasar completamente.
Intento armar al amor de su vida como si pudiera reunir cada recuerdo de él y armario a la perfección dónde cree que podría estar, sólo para que la forma final parpadeara y se rompiera contra la suave brisa del mundo de los caminos que ya no existen, donde se refugia cobardemente cuando no soporta todo lo que un mundo olvidado y un nuevo mundo tienen para su existencia. (Todo lo que un mundo olvidado y un mundo nuevo quieren usar de él)
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- Chico, no sabes nada, no sabes lo que es ser la mente que presenció durante siglos lo destructiva que se volvió la humanidad contra sí misma ante el cambio, y no me sorprende que no entiendas lo necesarios que son los grandes cambios que prepare para este tablero de ajedrez, asì que no pretendas tener la mente lo suficientemente desarrollada para catalogar mis actos como “malvados”.
Eren solo observo la sonrisa de todos dientes de ese hombre calvo.
Mientras su mente le proporcionaba amablemente flashes que perdían su mente del lugar.
Una bala en su ojo.
Un cuchillo en su pierna.
Pies gigantescamente grotescos aplastando todo lo que se encontrara en su camino-
Y de nuevo observaba la sonrisa de dientes blancos.
- Así que no intentes comportarte como un adulto.
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Eren será el salvavidas de hoy.
Con el pequeño detalle que nos contó algunas veces de que él creció dentro de una ciudad amurallada (De la cual no especificó nada más que él nombre de la ciudad ¿Shiganshina? Y la muralla que lo rodeaba, de las tres en la que vivía; la cual era María (¿¡Por qué-))
Entonces, ¿Eren sabía nadar?
Debería, puesto que sino no estaría como un salvavidas, ¿Cómo llegaría tan lejos en el agua si no sabía nadar?
El pequeño grupo de Kirishima y Kaminari se ofrecieron como cebo para meterse en el agua mientras Sero grababa.
Todo salió extrañamente bien al punto en que al día siguiente le mostraron el vídeo a toda la 1-A, hubieran o no estado presentes en la playa cuando sucedió todo el asunto.
El vídeo reproduciendo desde detrás de la alta silla en donde se sentaba el salvavidas, vemos que Eren baja de un salto desde lo alto a la derecha antes de llevar su mano derecha, que estaba fuera de la cámara por ser tapada por el cuerpo de Eren, antes de que se escuchará una explosión ensordecedora frente a la cámara y la arena saltara más allá de lo permitido lógicamente antes de que se observara un enorme torso, o un pedazo de él ugh, de lo que posiblemente podría ser un gigante y del cual salía extendido un brazo, más delgado de lo que debería ser para ese torso, que llegaba hasta el agua y se perdía entre las olas.
Un minuto de suspenso después se mostraba ese brazo sacando del agua a Kaminari y Kirishima desde debajo de los brazos como dos gatos mojados que se mostraban en shock ante la reacción del castaño.
El vídeo siguiente era más corto y mostraba a Eren desde otro ángulo, la cámara comenzaba inmediatamente a grabar dándole la espalda al agua y captando el enorme cuerpo carnoso desde el frente en el momento justo en que el castaño arrancaba con su mano izquierda libre, lo que parecía piel pegada en tiras a su rostro, sin miramientos antes de sacar del cuerpo gigante su brazo derecho.
Luego el humo cubrió todo, saliendo del cuerpo que ¿comenzaba a evaporarse...?
Aún tratan de pensar de qué diámetro, medidas y altura realmente podía transformarse Eren. Y de qué diablos podía estar realmente compuesto ese cuerpo, ningún cuerpo se evapora...
¿O sí?
Quizás fue obvio:
Encontré imágenes de Pink Diamond y de repente pensé en como ella podría haber descubierto sus poderes sanadores o creadores de vida: Son lágrimas.
Entonces inmediatamente después pense: Pink vivía llorando, ya que las otras diamantes la usaban de entretenimiento y cuando se cansaban o no estaban de acuerdo con ella la apartaban o encerraban, disque para que "reflexionara".
Tanto llanto y bronca encerrados tenían que explotar, no?
(Por cierto, soy de quienes no la defienden ir lo que hizo a Steven, sólo quería escribir esto porque fue como una revelación para mi)
Visiblemente se notaba todo por lo que había tenido que pasar esa pobre alma. Tan joven y tan desdichado. Tenía la boca cocida.
KHR
Tsuna estaba esforzándose, realmente esforzando su cerebro, para entender la clase actual de matemáticas, pero aún le costaba llevar el ritmo del dictado del profesor sin importar todos sus esfuerzos. (La siguiente clase resultó ser una charla, y aunque presto toda la atención que pudo, no logró encontrar más que estática cuando pasaron quince minutos y parecieron llegar al punto principal del tema, y luego escucho gritos de dolor y miedo, sus propios gritos, del recuerdo de otras personas abusando de su cuerpo) _________ Fue sólo un pensamiento ¿¡Porqué me está afectando tanto!? __________
El dios y el cazador
Los Dioses.
En el mundo existen muchos de ellos.
En especial unos que se pasan viajando por todo el mundo.
Llamados especialmente Dioses deambulantes.
Quiénes son conocidos por tener la apariencia de algún animal tanto como un pequeño y común pajarito o como alguna criatura gigantesca y mística.
Y por poseer magia, claramente.
Se le suelen construir algún templo para que reposen y en el cual se dejan ofrendas para agradecer por pasar por sus pueblos.
Ellos suelen bendecir los pueblos sin acercarse a estos demasiado.
Ninguna persona ha estado frente a uno de ellos, sólo se le ha podido ver de lejos,
observando sus majestuosas formas.
Observando cómo dejan caminos de flores a sus pasos.
Eran simplemente Dioses.
Pero los humanos muchas veces no saben distinguirlos.
Y por ello en sus manos muchos han sido utilizados y muchas veces asesinados.
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Los Dioses deambulantes.
Portadores de magia y vida.
Criaturas solitarias que viajan por el mundo bendiciendo los pueblos de humanos.
Siendo alabados y queridos, tanto por los humanos como por el resto de criaturas vivientes.
Pero en algunas ocasiones siendo maltratados por el hombre, sin que esté mismo se dieran cuenta o en otros casos sí.
Pues a pesar de que todos los Dioses pueden ser reconocidos por tener la apariencia de algún animal, estos pueden cambiar.
Pero sin que fuera por voluntad propia.
Porque cuando un Dios deambulante se enamora y este es correspondido, toma la apariencia de la persona amada.
Pero, no se han visto casos.
Ya no.
Ni de Dioses deambulantes, ni de historias de amor.
Pero se sigue rezando a los Dioses.
Porque estos los protegen.
Aunque no puedan verlos.
Porque ellos son buenos.
¿Cierto?
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Los pueblos son grandes.
Muy grandes.
Teniendo en cuenta que se unen personas solitarias, algunos que han sido perseguidos por otros o se han quedado sin familia.
Teniendo como resultado pueblos grandes con muchas personas.
Pero no más fácil.
A pesar de que los pueblos grandes no permanecen por mucho tiempo, por la escasez de alimento.
Hay algunos que sí pudieron permanecer, porque aportan su granito de arena para subsistir.
Y eso era grandioso.
Quizás los Dioses ambulantes ya no se vieran por ningún lado.
Pero, ¿Ellos que podrían decir al respecto?
No eran nadie para replicarle algo a un Dios.
A pesar de que podrían decaer en cualquier momento por ser un pueblo muy grande, no podrían exigirle nada a un Dios.
No replicarle porque no llegará agua por el río o que las tierras no fueran fértiles para cosechar.
Porque si ninguno de éstos pasaba por su pueblo es porque no eran merecedores de tal grandeza.
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Los pueblos suelen ser visitados por viajeros de otras tierras, los cuales llevan historias por contar o quieren alejarse de la rutina cansina del día a día.
Como también por personas que se ganan la vida realizando trabajos por otros obteniendo un pago a cambio.
Y a muchos de estos como no viven en alguna aldea fija solo viajan ellos o extrañamente algunos en compañía, buscando algún indicio de adrenalina y emoción al dejar sus tierras natales.
Es extraño que se les oiga decir sobre no creer en los dioses ambulantes.
Aunque también hay quienes no creen, pero es muy extraño ya que al estar viajando constantemente, moviéndose de pueblo en pueblo, se supone que tienen más oportunidades de cruzarse alguno ¿Verdad?
Mercaderes, cazadores e incluso asesinos desalmados quienes cobran por tarea en el cruel mundo del mata o muere.
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Tarde o temprano todos llegan o se cruzan con el pueblo de Namimori, ya que es uno de los pocos que aún conservan las bases de sus creencias.
Quienes a pesar de las advertencias viven como un pueblo grande y basto.
Con muchas casas y familias grandes.
Y suena fantasioso pero no es como si hubiera sido de esa forma desde el inicio, porque como todo pueblo se formó de tan solo unas pocas personas pero con el tiempo llegaron desconocidos, adultos, ancianos, adolescentes, niños, sin familias, sin protección y sin un lugar al cual volver.
Vagando de un lugar a otro como almas en pena, cargando dolor en sus almas.
Pero encontrando aquellos seres caritativos, amables que no podían dejar a nadie solo, desamparado o perdido en la soledad, en un pueblo lejano pero cercano a las montañas, que los acogieron en sus hogares, en sus familias y les dieron aquel cariño del que fueron privados.
En el momento en que perdieron sus vidas.
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Algunas tierras tienen más avanzada su cultura, su lenguaje, sus costumbres y sus formas de vivir.
Por lo que al ir creciendo cada vez más como pueblo, como humanos, como seres incapaces de dejar su sed de conocimiento hacia lo desconocido e indescubierto, dejando en el olvido historias que se transformaron en leyendas con el tiempo, porque surgían nuevos descubrimientos, nuevas verdades, vivencias, desafíos, por lo cual siquiera los mitos son muy recordados.
Son ignorados porque hay nuevas cosas que vivir, que aprender, nuevas cosas que surgen con el tiempo.
Nuevas cosas que importan, como la familia por la que uno daría la vida por proteger.
Ya muchos por ello dejaron a los dioses y deidades en el olvido, para concentrarse en las amenazas que el mundo les ampara en el presente.
Porque el mundo es la trampa en la que solo sobreviven los mejores.
Y el humano debe esforzarse para seguir adelante en el.
¨*¨°¨*¨
Estaba cansado, frustrado y enojado.
Uno ya arrastraría los pies por caminar tanto tramo sin encontrar su objetivo.
Pero él no era como el resto de esos inútiles que no tenían la fuerza ni el valor para arrancar las ataduras de carne que lo conectaba con su pueblo, para intentar otros tipos de experiencias.
Él no tenía esos impedimentos, al menos ya no, hacía ya mucho tiempo que las había perdido.
Pero si alguien llegaba a reprocharle al respecto, se lo podría guardar bien dentro de su garganta antes de que los asesinara.
Pensar en la caza desde el lado de las montañas sólo le recordaba que necesitaba estar bien abrigado antes de salir y que necesitaba adquirir un par más de prendas para evitar el frío.
Porque por más que fuera un cazador de todos los climas seguía siendo un humano y fácilmente podría morir por el frío, pero eso no lo detendría, no moriría de forma tan patética.
Observando hacia el frente luego de divagar por una gran parte de su viaje, noto las pequeñas rocas marrones que significaban que a las lejanas habitaba un pueblo.
Quizás muy cerca de las montañas.
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El pueblo mantenía la cosecha al día con la ayuda de los adolescentes, quienes ni vagos ni burlones lo hacían sabiendo lo importante que era.
Los niños pequeños correteaban desde la entrada hasta las hileras finales junto a los pies de la montaña más cercana.
Los adultos mantenían la guardia y las preparaciones de los alimentos al día y los ancianos hablaban con ellos y entre ellos en las tablas de las entradas en las casas.
Sí, Namimori era un pueblo que prosperaba en paz, con habitantes amables, buenas manos, bendiciones de los dioses y un buen Jefe.
Algunos ancianos dejaron de reír en altos niveles al ver pasar una silueta que mantenía las manos a sus costados y utilizaba una túnica larga sobre unos pantalones largos, para saludarla con efusividad.
- ¡Buenos días, Jefe!
Muchos se unían al coro para saludar a su Jefe, que caminaba lentamente hacia donde era indiscutiblemente la entrada de la aldea.
El que era llamado 'Jefe', les volteaba a ver con una enorme sonrisa que parecía brillar y cegar la vista al igual que los rayos del sol.
- ¡Muy buenos días para ustedes también!
Y en realidad la aldea era muy próspera incluso con la cantidad que se vería muy exagerada y poco fiable de aldeanos viviendo allí.
No habían más aldeas grandes como Namimori por miedo a los llamados 'carniceros de aldeas'.
Por miedo a la vulnerabilidad que mostraban al ser muchas personas, bajo la merced de unos asesinos.
Y por ello confiaban en su Jefe.
Él había prometido cuidado y protección a quienes se unieran bajo sus brazos.
Si venías de una aldea asesinada, si habías quedado sin familia, si te acababan de asaltar e incluso si acababas de vivir la peor experiencia de tu vida.
Namimori nació a base de un solo ser.
Un sólo ser que fue acogiendo personas abandonadas o solitarias hasta lograr que se volvieran una única familia y una aldea muy hogareña.
Sí, mientras su Jefe se mantuviera con ellos como su Cielo no tendrían nada que temer.
Incluso a los asesinos.
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Al fin había llegado a la aldea que había visto a las lejanías, era más grande de lo que había pensado al notarla en el horizonte, y definitivamente eso era Malo, con M mayúscula.
Era la primera aldea en su vida que veía que era tan grande y que incluso tenía un muro alrededor.
Ninguna aldea se arriesgaba a crecer tanto sin miedo constante a que sucediera de nuevo la famosa Carnicería.
Pero bueno, si lo veía de cualquier forma a él no le afectaba demasiado, sólo estaría un par de días como máximo antes de irse definitivamente a las montañas, y se aseguraría de no volver a poner un sólo pie de nuevo allí.
Sólo necesitaba conseguir un par de.. ropas.. ¿y que carajos?
Decidió detenerse cuando observó una pequeña figura parada en la puerta de la aldea que era rodeada por el gran muro.
No parecía ser un simple niño, por más que eso insinuara el tamaño de la silueta generada por el sol que iluminaba por frente de él.
Y no parecía simplemente haber pasado por allí mientras jugaba, sino que estaba esperando de brazos cruzados unos pasos fuera de la entrada de la aldea, definitivamente esperando algo.
Suspiro sin darle más importancia de la que realmente merecía el asunto y retomando el camino sin dejar de avanzar, necesitaba las pieles antes de que fuera de noche.
La silueta no se movió en absoluto.
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Tsuna es una persona bondadosa, protectora y muy amable.
No lastimara ni a una mosca, y su forma de resolver conflictos se basaba en la palabra.
Era un pacifista en todos los sentidos.
Por lo que ver ese desastre de los mercenarios arremeter contra el pueblo, ni bien el sol comenzaba a esconderse mientras pintaba todo el cielo de un anaranjado rojizo que prometía manchar la consciencia antes de volverse negro oscuro y tragarse todo.
Hacia que Kyoya no entendiera lo que sus ojos observaban.
Ese ser amable y solamente suave en los bordes, estaba ardiendo en ira y fuego, estaba bañado en fuego y remolinos de aire que empujaban a su alrededor.
Y si eso no era suficiente para plantarlo al suelo, porque salió de la cabaña que el castaño había decidido en algún momento que era suya, entonces que la pequeña figura tiemble y gruña mostrando repentinamente un rostro repleto de colmillos y ojos brillantes en naranja como el atardecer, tenían que hacer el trabajo.
El pequeño cuerpo se rompió, se retorció y creció tantas veces que ya no podía recordar qué era en un inicio.
- ...Ah…
Y si las palabras no salían de su garganta, eran por el shock y la sorpresa, porque…
¿¡Qué en todos los infiernos significaba eso!?
Y la figura final que escupía saliva y gruñidos, que es lo que quedó luego de retorcerse dolorosamente entre el fuego y los remolinos eternos por unos instantes, se levantó en toda su gloria gigantificada y divinamente aterradora.
Un gigantesco león, por falta de una mejor palabra para nombrarlo, de colores llameantes como la muerte roja de las llamas del infierno pero al mismo tiempo el más bello atardecer, se mostraba gruñendo y arremetiendo con solo su presencia a los bandidos que se habían atrevido a invadir el territorio, su territorio comprendió instantáneamente.
Y Hibari ya no estaba seguro de comprender todo lo que se suponía que ya sabía.
Él no creía en los dioses deambulantes, entonces…
¿Eso es un Dios deambulante?
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El poder es una bestia que nos guía y hay que cuidar que no nos sea arrebatada.
Así que.. Esto es poder.
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Hibari observó unas marcas extrañas en el cuerpo de ese niño, y a pesar de todo no puede detener su morbosa curiosidad acerca de cómo sucedieron.
Porque no puede entender como un niño como este puede tener tantas marcas en su cuerpo y aún así seguir con vida.
Aunque la de su espalda llama más la atención, por el sitio, la extensión y especialmente la forma.
Luego de la demostración por su parte que había expuesto en el día, no podía simplemente no asociarlas con lo que sea que significará su otra forma.
El niño volteó tranquilamente en la masa de agua y su mirada fue directamente a él, como si ya supiera que lo estaba observando y estuviera pensando en lo de la tarde.
Hibari reprimió un sobresalto a pesar de todo, con esos ojos amanecer observando su alma.
Sólo estaba siendo inoportuno al ir al río y encontrar al niño bañándose allí, nada fuera de lo común, por lo que el niño no dijo nada y sólo sonrió amablemente antes de continuar con lo suyo.
Hibari se quitó sus pantalones terminando con las telas y en sus paños menores se adentro en el agua con paso firme.
Y a pesar de todo no logro apartar la mirada del cuerpo más pequeño.
Tampoco se puede reprimir al final y sólo pregunta.
La pregunta parece que fue esperada, pero la respuesta no lo fue.
Se quedó saboreando arena entre sus dientes.
(No solo habían quitado piezas de su cuerpo, sino que abusaron de él también.
¿Cómo seguir ayudando a la humanidad después de eso?)
KHR AU
Caja Celeste
Una simple y para nada extraña caja con bordados refinados y tallados cuidadosos, pero aún así algo oxidada, quizás por la humedad que hubiera podido alcanzarla con el tiempo pero de la cual aún en una pequeña parte de uno de sus delicados bordes no parecía haber podido borrarla del todo, dejando al descubierto que se denotarse un celeste algo nostálgico, brillante quizás, el cual sería el verdadero color que portaba en un principio. Nada fuera de un sentimiento de nostalgia lo poseía al tenerla en sus manos, o en las manos de quien la tuviera quizás, al alcance de quien pudiera. Lo único que extrañaba de esa caja, la cual era tranquilamente más pequeña y de un diseño muy diferente, además de peculiar, de cualquier otra caja arma de la que pudieran haber escuchado o pudieran haber usado. Ya habían intentado abrir la caja, curiosos por ella y por saber que podía albergar en su interior, queriendo saber que era aquello que les transmitía el sentimiento tan desgarrador en el alma. ¿Cómo es que podía suceder aquello siquiera? ¿Qué albergaria en su interior por tanto tiempo? ¿Y porqué? ¿Algo muy peligroso, quizás? Tormenta, la cual la encontró en un inicio, en una caja vieja de madera descuidada, húmeda, podrida y a medio enterrar bajo la sombra de un árbol algo viejo y con pasto queriendo cubrirla, esconderla a los ojos curiosos y a quien sea si fuera posible, demostrando que hacía mucho tiempo había sido abandonada allí. Esperando. Quizás en medio de un apuro o tratando de alejarse de allí lo más rápido posible fue la impresión y a la conclusión a la que llegó más tarde, de quien la hubiera dejado. No pudiendo usar el resto de sus atributos, ya que había dejado sus demás anillos en su casa no queriendo simplemente llevarlos ese día. ¿Mal presentimiento, quizás? Lluvia, quien acompañaba al primero, ya que solían salir a hacer las compras para merendar, y estaba no muy lejos del otro, esperando, ya que le había dicho que había visto algo extraño, más no esperaba que le mostrará aquella pequeña pieza extraña y le alentara a intentar abrirla. Trueno, quién, cuando llegaron a su casa algo decepcionados, pero aún curiosos, por saber sobre lo que aquel pequeño cubo resguardaba, corrió a ellos para preguntar el porqué se habían demorado tanto, para pasarle unos dulces, terminando por curiosear el descubrimiento allí en la entrada. Sol, quien llegó cruzando la entrada cuando ellos tres ya estaban al final del pasillo, ya que había terminado con su calentamiento y observación del perímetro para volver y poder comer con ellos. Niebla, quién no pudo evitar asomarse al pasillo por todo el sonido creado, inevitablemente, por esas personas cuando se juntaban, dejando su lectura para más tarde ya que pronto sería el almuerzo, el otro poseedor del atributo del engaño no se encontraba en la casa en esos momentos, pero llegaría para comer con todos ellos en algún momento. Nube, quién llegó cuando todos estaban entrando al comedor diez minutos después, arrebatandole a la Tormenta de las manos la curiosa y extraña caja que tampoco abrió con su atributo. Provocando en todos, sin elección, incluso en el último de ellos, que conformaba la repetición de un elemento, quién no pudo evitar la curiosidad de sostenerla, más no de probar sus llamas ya que su compañera compartía su misma fuerza y aún así no había querido abrir, algo de ansiedad. Más sólo quedaba preguntar a su Cielo, puesto que el elemento de su amable jefe era el único con la capacidad de abrir todas las cajas de todos los tipos, ya que como era tan especial existían muy pocos portadores de ella. Y habían tenido una gran bendición al lograr tener a su Cielo después de todo. ¿Quizás y era sólo una caja de las que sólo los Cielos podían abrir?
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